Entre todos les preparamos una fiesta de Caballeros y Princesas, quedó genial así que os daré todo tipo de detalle por si queréis coger alguna idea.
Lo primero fue que los niños tenían que ir disfrazados de caballeros y las niñas de princesas, bueno y los padres que quisieran también…
Con rasete de varios colores y fieltro hicimos los banderines, una tira de chicos con castillos y varios escudos; y el de chicas con gorros, principes ranas y coronas:
Cada niño tenía sus complementos de caballero: escudo, celada y espada, por supuesto, todo hecho en gomaeva para evitar golpes mal intencionados.
Bueno y como se ve en la foto otro detalles: candelabros con la flor de lis, servilleteros de corona, vasos decorados con castillos… la mesa quedó superchula, aunque duró poco porque pronto estuvieron las hamburguesas que comieron los peques.
También hubo un “Tocador de Princesas” para que todas se preparasen para la ocasión, con una maquilladora profesional (mi madre):
Al final todas las niñas y mujeres acabamos maquilladas como auténticas princesas, bueno y algún niño también quiso sus estrellas y brillantes.
Mientras los enanos jugaban después de comer, aprovechamos los mayores a comer una migas riquísimas, que hizo mi marido y, de postre….. mi parte…. una tarta para la ocasión y galletas para acompañar:
(el cumpleañero y mi hija Clara)
Os voy a contar un secreto de la tarta, el piso de arriba era de pega, es la primera vez que uso un piso de poliespan forrado de fondant para simular un piso más.
Las torres las hice con cereales y nubes derretidas, una técnica que ví por internet y más adelante os contaré.
Voló todo, a los niños les encantaron las galletas.
Después una sorpresa, ¿qué no le puede faltar a un caballero?
¡Pues claro! un dragón, aunque este con el trabajo que tuvo, les dijimos que era su amigo y que no se podía matar, estuvieron bailando y haciendo juegos con él.
La cabeza la hicieron mi hermana, Guada (una amiga artista) y mi tía Amparo (otra artista de las manualidades) con cajas, papel, cola blanca y mucha, mucha imaginación.
Por la tarde, la dedicamos a jugar: primero hicimos un torneo donde los caballos eran los padres y los jinetes los cabelleros y las princesas, para las lanzas usamos unos churros de piscina manchados en pintura de dedos y todos con camisetas viejas.
Luego hicimos carreras de sacos por edades, madres, padres, abuelos, etc… y al juego de la silla…
Fue un día genial para todos grandes y pequeños.
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Natalia y sus Tartas 